Este producto se extrae a partir de tres principales compuestos. El espino blanco mejora las funciones del sistema cardiovascular. Se considera una planta tonicardíaca compuesta por flavonoides los cuales mejoran la circulación, regulan las palpitaciones, reducen la ansiedad y disminuyen los sofocos. Por otro lado, el ajo tiene un alto valor nutritivo desde la Fundación Española del Corazón (FEC) se recomienda incluir ajo en la dieta no solo para reducir el colesterol malo y proteger nuestro corazón, sino como remedio depurativo, antiséptico y antibacteriano. Finalmente, el olivo proporciona propiedades como la disminuición de la tensión arterial, aportar beneficios para la diabetes, antifúngicas para determinados tipos de hongos, hidratar el cuerpo, proteger las neuronas frente al deterioro y ayudar a prevenir y aliviar la artritis reumatoide, la artrosis e incluso la gota.
El aceite de pescado es una fuente dietética de ácidos grasos Omega 3, que es un gran protector de la salud cardiovascular. Se extrae de la grasa de pescados azules como: atún, arenque, caballa, sardina, salmón o trucha.
El aceite de hígado de bacalao es altamente beneficioso para una gran cantidad de enfermedades. Ayuda a prevenir el riesgo de contraer enfermedades cardíacas, reduce la inflamación, la presión arterial y ayuda a reducir el colesterol malo.
La coenzima Q-10 (CoQ-10) conocida también como ubiquinona, es una sustancia parecida a una vitamina que se encuentra presente en todo el cuerpo, especialmente en el corazón, hígado, riñones, y páncreas. Muchas personas usan la coenzima Q-10 para el tratamiento de las enfermedades del corazón y vasos sanguíneos tales como insuficiencia cardiaca congestiva, dolor de pecho (angina), hipertensión y problemas cardiacos vinculados con algunos medicamentos que se usan para tratar neoplasias. También se utiliza para hiperglucemias, las enfermedades de las encías (ya sea tomada por vía oral o aplicada directamente en las encías), para neoplasias de mama, la enfermedad de Huntington, la enfermedad de Parkinson, la distrofia muscular, la intolerancia al ejercicio, el síndrome de fatiga crónica (SFC) y la enfermedad de Lyme.